Hablando con chicas que trabajan como internas en casas cuidando los niños de la gente y haciendo limpieza, me han contado situaciones que me han llamado mucho la atención. De entrevistas por un puesto que consistió en la frase, “plánchame esto”, a recibir instrucciones como, “tu tienes que llamarme señora” o ser obligadas a llevar un uniforme.
Misión imposible
Quizás existan argumentos válidos para pedir a las mujeres que trabajan en las casas que lleven uniformes, pero me gustaría decir que como australiano me choca un poco y tengo mis dudas sobre si esta práctica es realmente apropiada en el sigo XXI. Una joven me contó que acudió a una entrevista para un puesto como externa que consistía en tres horas diarias de trabajo. En esta franja de tiempo debía cuidar de tres niños, jugar con ellos, bañarlos, darles de comer, limpiar la casa y planchar. También tenía que llevar uniforme, sin duda un traje de “Supergirl”.
Sospecho que en algunos casos los dueños de estas casas viven alguna fantasía en la que son duquesas con miles de hectáreas y un ejército de sirvientes. Lo que sucede es que las verdaderas duquesas sabían tratar a la gente menos afortunada con dignidad, no habrían dejado, por ejemplo, a una empleada planchar durante una hora y media observando cómo no lo hacía de acuerdo con sus estándares y, al terminar el trabajo, no habrían tirado toda la ropa por tierra para decir: “Ahora me lo haces otra vez”.
Personalmente siento admiración por muchas de estas mujeres que han inmigrado a España a veces dejando sus pequeños niños a miles kilómetros de distancia porque, como bien dice Martin Varsavsky, el 99% de los inmigrantes se gana la vida honradamente y por lo tanto son dignos de respeto. Yo también soy inmigrante en este país y he pasado algunos años duros en en los que lo he pasado mal, pero como anglosajón blanco con títulos universitarios mi vida como inmigrante ha sido, en comparación, un camino de rosas. Cuando pienso en el trato que tienen que aguantar muchas de estas mujeres veo que en sus trabajos las personas que de verdad mantienen su dignidad humana son ellas y no sus patrones.
El “Chacha Manager” en la oficina
Si este tipo de gestión de personas está fuera de lugar en una casa, también lo está en una compañía. Sin embargo, he sido testigo de su práctica en algunas empresas. Si quieres ser un “Chacha Manager” deberías seguir las siguientes normas:
Los Diez mandamientos para los “Chacha Managers”
- Cuando te mires en el espejo cada mañana, recuerda que tú eres más importante que los demás.
- Obliga a tu gente a llamarte por tu título.
- Nunca les expliques cómo debe ser un trabajo bien hecho y castígales cuando no lo hagan bien.
- Cuando quieras dar a un miembro de tu equipo un feedback negativo, hazlo delante de todo el mundo.
- Recuerda a los demás constantemente lo importante que eres y lo insignificantes que son ellos.
- Cuando llames la atención a tu gente por algo que han hecho mal, grita.
- Utiliza símbolos que demuestren a los demás tu poder.
- Sé sumiso ante tus jefes.
- Intenta exprimir al máximo el trabajo de tus colaboradores pagando lo menos posible.
- No pierdas el tiempo preocupándote por tonterías como la dignidad de las personas.
Si sigues estos mandamientos fielmente conseguirás tu descarrilamiento profesional. Por desgracia, tu interna en casa no tendrá más remedio que aguantarte pero, felizmente, tus colaboradores de oficina no.
Y tu, ¿has conocido algún “Chacha Manager”? Cuéntanoslo en los comentarios.
“No pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió” supongo que la elegancia, educación y saber estar se pueden aprender, pero para ello hay que querer aprender.
Hace poco, en mi trabajo, mi clase fue interrumpida por el director general, que delante de mis alumnos me dio instrucciones precisas para continuar con mi trabajo según su criterio. Mi respuesta corporal no fue la apropiada, según su “criterio” y se sintió desautorizado. Mas tarde, además de una reprimenda por mi trabajo mal hecho, me cayo otra por mi supuesta respuesta corporal(inapropiada).
Se sintió profundamente cuando recrimine su falta de talento para la dirección.
Total, tirón de orejas y un “la próxima vez serás despedido” por hacer mi trabajo y ser víctima de alguien que no hace el suyo(por lo menos, no lo hace bien)
Buen post, Douglas
Un saludo.
JackSparragos
Tu Director General parece un campión del estilo Chacha Management. ¿Quién realmente controla su lenguaje corporal, y se fuera posible, sería bueno controlarlo? Lo importante es que nosotros a la hora de dirigir a las personas no hagamos las mismas malas prácticas que hacen los demás a nosotros y que no nos gustan. Esto es algo que podemos controlar. ¡Ánimo!
Bueno, yo mismo he sido un poco chacha manager alguna que otra vez y he experimentado los beneficios de dejar de serlo y avanzar decididamente en el sentido opuesto
Sin embargo, también he visto a más de un y una chacha manager, que por más que practican el decálogo (parte de él para ser justos) y no consiguen arruinar sus carreras profesionales, a veces todo lo contrario, consiguen ser ascendidos
Algo falla Douglas. Se necesita mucha convicción para seguir una línea de management cuando el modelo muchas veces es otro y ves que no se cree suficiente en el talento de la gente.
Cómo lo ves?
Creo que en ciertas organizaciones la cultura es propicia para la práctica de “Chacha Management” y efectivamente algunos jefes que son realmente tóxicos son promocionados. Pero la investigación demuestra que a la larga, se descarrilan. También es cierto que las organizaciones vivan épocoas, algunas en que la organización solo interesa resultados y otras en que tienen una visión más global y al largo plazo. Para mi los directivos que practican una gestión humanista cuando están en organizaciones que, al menos durante un periodo, no lo son, son verdaderos héroes. Creo firmamente que a lo largo consiguen mejores resultados.