Aunque llevo aquí veinticinco años, no soy español y por lo tanto no pude celebrar la victoria de la selección española en Sudáfrica como si lo fuera, pero casi. Me ha dado una enorme satisfacción ver a este equipo ganar algo que parecía fuera del alcance de un conjunto español, pero ésta es precisamente la clave: este equipo, esta selección nueva, no lo consideraba así, y por lo tanto no lo era.

Yes You can

Durante mis años en Madrid me he cansado de oír frases como, “nosotros somos malos para aprender idiomas” o “siempre tenemos mala suerte”. Mi respuesta siempre ha sido la misma: “Pues tanto si dices que puedes como si dices que no puedes, tienes razón”. Observé cómo los equipos australianos de cualquier deporte salen al campo con la convicción de que van a ganar. Desde luego no siempre ganan, pero con esta actitud triunfan a menudo. Hace diez años no encontré este espíritu en los equipos españoles, pero ahora esto ha cambiado, y lo celebro porque refleja un cambio más extendido en toda la sociedad.

Romper el Status Quo

Fue Luis Aragonés quien desafió el Status Quo dando la espalda a los jugadores de siempre, a los antiguos paradigmas y a los esquemas anticuados. Fue valiente, ejerció un verdadero liderazgo y así dejo entrar a jugadores jóvenes, representantes de una nueva generación de españoles sin complejos que saben que pueden ser tan buenos como cualquier otro. Salieron al campo hace dos años contra la potente Alemania con la convicción de que iban a ganar, y ganaron.

Liderazgo por Ejemplo

Dos años más tarde Vicente de Bosque siguió el camino iluminado por Luis Aragonés y lanzó a su joven equipo a conquistar el mundo y así lo hicieron. Esta generación no necesita esa falsa arrogancia, basada en realidad en un complejo de inferioridad. Al contrario, son humildes pero confiados, serios pero alegres, son trabajadores pero a la vez saben disfrutar y son disciplinados pero a la vez creativos. Resistieron las provocaciones de una inferior Holanda y jugaron el tipo de fútbol que da ejemplo a los muchos niños que les han seguido. Todos son líderes y España puede sentirse orgullosa tanto de ellos como de sí misma.

Una panda de inútiles

Qué contraste con los políticos, los líderes sindicales y la Patronal. En el mismo mes que el equipo se dejó el alma en el campo, esa gente daba un espectáculo patético: lejos de conversar para dar al país la reforma laboral que necesita, cada uno defendía sus propios intereses, atrapados en esquemas mentales que pertenecen más al siglo XIX que al mundo globalizado en que vivimos hoy. Están muy lejos de la España real y por lo tanto son incapaces de liderarla. De hecho es el ejemplo perfecto del “No Liderazgo”.

Es el pueblo el que lidera

Ahora es la España real, representada por su joven equipo de fútbol, la que lidera el país en este momento tan difícil. Ejerce un liderazgo que genera esperanza, demostrando que con sacrificio y trabajo duro, sin traicionar lo que eres, puedes conseguir cualquier cosa.

España tiene derecho a sentirse orgullosa de su equipo y de sí misma. Los líderes políticos, sindicales y del CEOE, en cambio, deberían sentirse avergonzados. Yo personalmente no espero nada de ellos, sólo espero con impaciencia que desaparezcan y dejen que esta nueva generación llegue al poder.