Buscando Diversidad

13 septiembre 2010 por Douglas McEncroe · 0 Comentarios · Cultura


Acabo de terminar un programa de Liderazgo en Suecia para uno de mis clientes preferidos, Electrolux. En el grupo, compuesto por 25 directivos, tuvimos 16 nacionalidades diferentes. Una gozada.

¿Por qué encuentro esta situación tan atractiva? La respuesta es sencilla: el curso se convierte en una experiencia más interesante porque siempre aprendes cosas nuevas sobre realidades en países diferentes que habías creído conocer. Pero, sobre todo, porque la calidad del trabajo mejora.

En mis programas de liderazgo se trabajan contenidos diferentes según el cliente, pero también es cierto que se tocan temas parecidos en muchos de los programas por la sencilla razón de que estamos trabajando el liderazgo y hay cosas comunes en la práctica del mismo estés donde estés. Por lo tanto, se puede comparar la profundidad, la inteligencia o la creatividad de las aportaciones o el análisis llevado a cabo por diferentes grupos. Veo una y otra vez que la calidad de un grupo muy heterogéneo es claramente superior.

Nuevas perspectivas

Para ser un buen consultor hay que trabajar continuamente la humildad, porque la arrogancia es el peor enemigo del consultor. Trabajar con grupos como el de esta semana en Estocolmo me ayuda, ya que siempre me veo sorprendido por una perspectiva nueva sobre un tema que creí dominar y que me hace ser consciente de algún aspecto que sencillamente no había considerado. Esto es algo que uno puede aprovechar siempre que estés abierto a cambiar tu opinión.

Una de las grandes fortalezas de Electrolux, una verdadera multinacional, es su habilidad para formar equipos virtuales compuestos por personas que viven en países tan diferentes como Turquía, Dinamarca, China o Australia. Nunca he dicho que sea fácil  lograr que funcione un equipo de este tipo, pero sí quiero defender la idea de que, si lo consigues, se produce un trabajo de una calidad superior.

Pautas para sacar provecho de la Diversidad

Un grupo con tanta diversidad puede dar lugar a discusiones y dinámicas que pueden llegar a destruirlo, pero siguiendo ciertas pautas estos grupos pueden funcionar muy bien. Éstas son:

  • Establecer unas reglas de juego sobre cómo vamos a gestionar la comunicación dentro del grupo.
  • Conseguir que cada miembro haga explícita la lógica que existe detrás de sus ideas o perspectivas, así es cómo los otros miembros crecen en su pensamiento.
  • Lograr que cada miembro del grupo haga explícitos sus valores, clarificando lo que realmente le importa y explicando las razones por las que le importa.
  • Animar a cada miembro a estar abierto a poner en duda ciertas ideas e incluso creencias que ha mantenido desde el principio.
  • En caso de  conflicto, tratarlo inmediatamente sin dejar que el tiempo pase.

Ha sido bonito observar esta última semana cómo personas de países que han pasado cientos de años librando guerras entre sí, han sido capaces de formar un grupo y establecer su propia cultura, una cultura que ha dejado espacio para la convivencia entre ideas y perspectivas diferentes y les ha permitido producir un trabajo de óptima calidad.

Quizás sea éste el tema pendiente para las empresas españolas: buscar la diversidad de una manera activa y aprender a sacar provecho de ella. Compañías como Electrolux demuestran cada día cómo esto aumenta su competividad.

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